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La líder opositora venezolana María Corina Machado reapareció este jueves en una multitudinaria protesta en Caracas, luego de más de cuatro meses de mantenerse en la clandestinidad. Rodeada de cientos de seguidores, Machado retomó su lucha por reivindicar la victoria de Edmundo González Urrutia en las elecciones presidenciales del 28 de julio, cuyo triunfo fue adjudicado al oficialista Nicolás Maduro por el Consejo Nacional Electoral (CNE), organismo controlado por el chavismo.
A tan solo un día de la controvertida toma de posesión presidencial, que tanto Maduro como González Urrutia reclaman, Machado cumplió su promesa de salir a las calles para liderar una nueva manifestación. Durante su discurso, expresó el orgullo que siente por el pueblo venezolano:“Nunca en mi vida me había sentido tan orgullosa. En toda Venezuela la gente salió a la calle”, afirmó Machado, mientras los presentes la recibían con cánticos y consignas.
La exdiputada también reiteró su postura de firmeza frente al régimen: “No tenemos miedo”, exclamó, una frase que se ha convertido en un lema de resistencia para los simpatizantes opositores, quienes la corearon al unísono.
Machado criticó el aislamiento internacional del gobierno de Maduro, una afirmación que los manifestantes respaldaron con gritos de «libertad». Además, llamó a los ciudadanos a mantenerse movilizados en todo el país con “serenidad y firmeza”, exigiendo el respeto a la victoria que, según la oposición y la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), obtuvo González Urrutia en los comicios de julio.
En su mensaje, difundido a través de X (anteriormente Twitter), Machado destacó la participación de ciudadanos en diversas regiones del país, incluso en áreas donde las fuerzas de seguridad habían intervenido para disolver las concentraciones opositoras. Según la líder, en muchos casos los funcionarios se retiraron ante la persistencia de los manifestantes.
La protesta liderada por Machado se suma a una serie de acciones opositoras que buscan reforzar la legitimidad de González Urrutia como presidente electo. Su reaparición no solo desafía al régimen de Maduro, sino que revitaliza la movilización opositora en un contexto de creciente tensión política y social en Venezuela.