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Corea del Norte anunció este domingo la realización de una prueba con misiles estratégicos de crucero bajo la supervisión de su líder, Kim Jong-un. Esta prueba marca la primera acción armamentística del régimen desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y viene acompañada de una contundente advertencia: «las contramedidas más duras» si Estados Unidos continúa rechazando la soberanía y los intereses de seguridad norcoreanos.
De acuerdo con la agencia estatal KCNA, los misiles probados tienen como objetivo incrementar la efectividad de las medidas estratégicas del país frente a posibles amenazas, en un contexto de seguridad cada vez más tenso. Los proyectiles recorrieron trayectorias de aproximadamente 1.500 kilómetros antes de alcanzar sus objetivos, sin que se registraran impactos en la seguridad de los países vecinos, según aseguró el régimen.
En un comunicado emitido por el Ministerio de Exteriores de Corea del Norte, Pionyang acusó a Estados Unidos y Corea del Sur de intensificar las tensiones en la región mediante recientes maniobras militares conjuntas que incluyeron la participación de un bombardero estratégico B-1B. Estas acciones fueron calificadas como «provocaciones preocupantes» que llevaron al Norte a justificar su respuesta con «las contramedidas más duras de la A a la Z».
El líder norcoreano, Kim Jong-un, destacó que su país mantendrá esfuerzos constantes para defender una «paz sostenible y duradera» a través del desarrollo de un «músculo militar más poderoso».
Respuesta de Corea del Sur y mensaje a Washington
El Ejército surcoreano confirmó los lanzamientos realizados hacia el mar Amarillo, detectando múltiples misiles crucero el sábado por la tarde. Por su parte, Estados Unidos aún no ha emitido una respuesta oficial, pero este evento coincide con las recientes declaraciones de Donald Trump, quien expresó su disposición a retomar el diálogo con Kim Jong-un.
En una entrevista concedida a Fox News, Trump describió al líder norcoreano como «un tipo inteligente» y afirmó que en algún momento buscará establecer contacto con él. Cabe recordar que las negociaciones de desnuclearización entre ambos mandatarios durante el mandato anterior del republicano no lograron alcanzar acuerdos definitivos.
El régimen norcoreano responsabilizó a Estados Unidos de agravar el entorno de seguridad en la península coreana y la región mediante una expansión militar constante. Este test de misiles se suma a una serie de provocaciones que reflejan el creciente distanciamiento entre Pionyang y Washington, con pocas señales de un posible deshielo en las relaciones diplomáticas.
La comunidad internacional sigue observando de cerca los movimientos de Corea del Norte, en un momento en el que las tensiones geopolíticas en la región parecen estar lejos de disminuir.
