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En un lapso de solo seis días, cuatro personas han perdido la vida por suicidio en distintas comunidades de este municipio, dejando un rastro de dolor e incertidumbre entre sus familiares y vecinos. Los trágicos episodios han generado gran preocupación sobre la salud mental en la región, mientras los seres queridos de las víctimas claman por mayor atención y apoyo para quienes atraviesan crisis emocionales.
El primer caso ocurrió hace seis días, cuando Darli Trinidad Jiménez, de 24 años, fue encontrado sin vida en su residencia en la comunidad de Piedra Blanca, en el distrito municipal de Buena Vista. El médico legista, Dr. Rafael Domínguez, certificó que la causa de su muerte fue asfixia mecánica por ahorcamiento. El hallazgo dejó a su familia devastada, sin entender las razones detrás de tan trágica decisión.
Pocos días después, la joven Binayri Rodríguez, de 22 años, residente en Paso Bajito, en la carretera Jarabacoa-Constanza, falleció tras varios días de internamiento en un centro de salud. Fuentes cercanas a la familia indicaron que la joven habría ingerido una sustancia tóxica, supuestamente afectada por comentarios negativos y rumores que circulaban en su comunidad. Su muerte deja una profunda tristeza en la familia, especialmente por el hecho de que dejó en la orfandad a su hija de dos años, fruto de su relación con su pareja.
Cinco días después, el joven Randy Peña Peralta, también de 22 años, fue encontrado sin vida en su vivienda en la comunidad Colina de los Pomos. Al igual que en los otros casos, la causa de su muerte fue asfixia mecánica por ahorcamiento, según determinó el cuerpo médico. La familia de Randy aún no puede comprender cómo este joven, que parecía llevar una vida normal, terminó por tomar la misma trágica decisión.
El caso más reciente es el de Elvys Odalys Páez Tiburcio, de 55 años, quien residía en la comunidad La Pita de Paso Bajito. Elvys ingirió una sustancia tóxica con la intención de acabar con su vida, pero fue trasladado con vida al Hospital Octavia Gautier de Vidal. Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos médicos, Elvys falleció en el centro de salud, dejando consternados a sus familiares y amigos.
Estos suicidios han conmocionado profundamente a la comunidad de Jarabacoa, donde los vecinos y familiares de las víctimas claman por un enfoque más sólido en el tratamiento de la salud mental. Las autoridades locales y los allegados a las víctimas han pedido al Gobierno y a las instituciones de salud que refuercen los servicios de prevención y apoyo emocional, para evitar que más vidas se pierdan por esta razón.
Los casos han puesto de relieve la urgente necesidad de sensibilización y acciones más efectivas para abordar las crisis emocionales y la salud mental de la población, especialmente entre los más jóvenes, quienes parecen ser los más afectados por este alarmante fenómeno.
