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El Papa Francisco sigue evolucionando favorablemente de su neumonía bilateral, aunque su hospitalización en el hospital Gemelli de Roma se prolongará por más tiempo. A pesar de la mejoría, tras recibir el alta médica deberá seguir una larga convalecencia en la Casa Santa Marta, lo que ha llevado al Vaticano a evaluar un «plan B» para las celebraciones de Semana Santa.
La Santa Sede ha aclarado que por el momento no hay decisiones definitivas y que las especulaciones en los medios sobre los posibles cambios en los ritos son solo hipótesis. Sin embargo, debido a la intensidad de las ceremonias, se considera la posibilidad de que los cardenales asuman el liderazgo en los eventos principales.
En 2023, el Papa Francisco presidió las celebraciones pascuales tras recuperarse de una bronquitis, pero en esta ocasión no se espera que pueda hacerlo. Por ello, algunas fuentes indican que se han identificado cardenales que podrían presidir las ceremonias en su nombre, similar a lo ocurrido en 2005 con San Juan Pablo II en sus últimos días.
La Semana Santa en el Vaticano inicia el 13 de abril con el Domingo de Ramos y se extiende hasta el 21 de abril, con eventos clave como el Vía Crucis en el Coliseo y la misa de Pascua con la bendición Urbi et Orbi. En caso de que Francisco no pueda participar activamente, se estudian alternativas como videomensajes o conexiones en directo desde su residencia.
Entre los cardenales que podrían asumir este rol se encuentran el secretario de Estado, Pietro Parolin; el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re; el vicario de Roma, Bado Reina, y el penitenciario apostólico, Angelo De Donatis. Parolin, además, sería el encargado de leer el mensaje Urbi et Orbi, aunque sin ocupar el tradicional balcón de la basílica de San Pedro, reservado exclusivamente para los pontífices.
El Vaticano sigue monitoreando la evolución de la salud del Papa y tomará decisiones definitivas en las próximas semanas, dependiendo de su recuperación.
