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Al menos 13 cadáveres han sido recuperados de entre los escombros de un rascacielos de 30 plantas que se derrumbó en Bangkok el pasado viernes, tras el impacto del terremoto de 7,7 con epicentro en Birmania. Con más de 72 horas transcurridas, los equipos de rescate continúan la búsqueda de supervivientes entre las ruinas del edificio, ubicado cerca del mercado de Chatuchak, en el norte de la capital tailandesa.
El gobernador de Bangkok, Chadchart Sittipunt, resaltó la importancia de estas primeras 72 horas como un periodo crítico para encontrar personas con vida. Según los últimos reportes, aún hay 74 desaparecidos. «Cada segundo es clave ahora. Cuando se detecta una señal de vida, se requiere total silencio», señaló Thawida Kamolvech, vicegobernadora de la ciudad.
Las autoridades han desplegado perros de rescate, drones, cámaras termográficas y escaneos 3D para localizar posibles sobrevivientes entre los escombros. De momento, se han identificado entre tres y cuatro signos vitales débiles. Se cree que muchas de las personas atrapadas podrían encontrarse en las escaleras de emergencia, donde la estructura aún ofrece cierta protección.
Un equipo de rescate estadounidense ya se encuentra en la zona y se espera la llegada de más rescatistas internacionales. Las labores continúan día y noche, mientras se evalúa el uso de maquinaria pesada para avanzar en la remoción de escombros.
Por su parte, la ciudad de Bangkok ha retomado su ritmo habitual, aunque con medidas de precaución tras evacuaciones previas por temor a nuevos derrumbes. En Birmania, la oposición democrática ha elevado la cifra de fallecidos a más de 2.400, mientras la llegada de ayuda humanitaria se ve obstaculizada por problemas logísticos y el conflicto interno del país.
