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El obispo de la Diócesis de Baní, Faustino Burgos Brisman, expresó su consternación por el desplome del techo de la discoteca Jet Set, calificando el hecho como «una de las tragedias más devastadoras de las últimas décadas» en la República Dominicana.
El lamentable incidente ha dejado un saldo de 226 personas fallecidas y más de un centenar de heridos, lo que ha generado conmoción y duelo en todo el territorio nacional.
“La magnitud de lo ocurrido supera el entendimiento. Es un golpe que ha sacudido a cada familia dominicana, no solo por el número de víctimas, sino por la manera abrupta e inesperada en que perdieron la vida”, manifestó Burgos Brisman, también secretario de la Conferencia del Episcopado Dominicano.
El obispo hizo un llamado a la oración, la solidaridad y la introspección nacional, subrayando el impacto humano y emocional que deja la tragedia.
“Cuando una vida se pierde de forma violenta, no solo se apaga una existencia: se quiebra un hogar, una comunidad entera se llena de luto, y el país entero se entristece”, expresó.
En sus palabras, pidió a la ciudadanía elevar plegarias por los fallecidos y brindó consuelo espiritual a los familiares y sobrevivientes del siniestro.
“Que el Señor los acoja en su paz y nos permita encontrar sentido, consuelo y aprendizaje en medio de tanto dolor”, concluyó.
El país continúa en estado de consternación mientras se investigan las causas del colapso estructural que provocó una de las peores tragedias humanas recientes.
