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El doctor Cruz Jiminián informó que su clínica ha sido suspendida del programa Senasa subsidiado, lo que ha provocado una grave situación económica.
Explicó que el convenio con el régimen subsidiado comenzó durante el gobierno anterior, cuando la directora Mercedes Rodríguez propuso que su clínica atendiera a pacientes subsidiados, ya que ninguna otra institución lo hacía. En ese entonces, la clínica recibía 3 millones de pesos anuales, mientras que los costos reales de atención (incluyendo estudios, cirugías, cuidados intensivos, laboratorios y medicamentos) alcanzaban entre 8 y 10 millones de pesos mensuales, generando pérdidas significativas.
El doctor Jiminian aclaró que su clínica no puede ser tratada como un hospital público común, pues atiende a los más pobres con la misma calidad que los pacientes de mayores recursos. Aunque actualmente algunos pacientes subsidiados continúan siendo atendidos de forma gratuita, no existe un compromiso formal de cobertura, y un internamiento de alta complejidad puede superar 1 millón de pesos.
A pesar de las dificultades, la clínica sigue comprometida con la atención de los pacientes más vulnerables, aunque advirtió que los costos de la salud del Estado no pueden recaer sobre su institución.
