Tras la celebración de la Nochebuena, el 25 de diciembre amanece en muchos hogares de la República Dominicana con una tradición no oficial, pero ampliamente practicada: el llamado “Día del recalentado”.
Desde tempranas horas de la mañana, familias dominicanas vuelven a reunirse alrededor de la mesa para aprovechar los platos que quedaron de la cena del 24, como el cerdo asado, el pollo horneado, el moro, la ensalada rusa y los tradicionales pasteles en hoja. Para muchos, incluso, el recalentado “sabe mejor” al día siguiente.
El 25 suele transcurrir en un ambiente más relajado. Mientras algunos aprovechan para descansar tras la larga noche de celebraciones, otros optan por visitar familiares, compartir un café, revisar fotos y videos de la víspera o comentar las anécdotas que dejó la Nochebuena.
En muchos hogares, el día también se convierte en una jornada de televisión encendida, música suave de fondo y conversaciones tranquilas, marcando una pausa antes de retomar la rutina diaria. No faltan quienes aseguran que el recalentado se acompaña mejor con un jugo natural, un chocolate caliente o, en algunos casos, “lo que haya quedado” de la noche anterior.
Aunque no figura en el calendario oficial, el Día del recalentado se ha convertido en una costumbre profundamente arraigada, reflejo del espíritu familiar, la hospitalidad y la manera muy dominicana de extender la Navidad un día más, sin prisas y con buen humor.








