Con una emotiva ceremonia y bajo una intensa lluvia, el país despidió ayer al general Ramiro Matos González en la sede del Ministerio de Defensa. La misa, oficiada por el párroco Geraldo Ramírez Paniagua, tuvo lugar en la parroquia Nuestra Señora de la Altagracia, donde familiares, amigos y compañeros de armas se reunieron para rendir homenaje a un símbolo de dedicación y disciplina en el servicio militar.
El féretro, cubierto con la bandera nacional y escoltado por oficiales de alto rango, llegó a las instalaciones a las 2:00 de la tarde. Durante la ceremonia, el sacerdote recordó el compromiso del general, quien asistía cada domingo a misa, y destacó su legado no solo en el ámbito militar, sino también como prolífico escritor y estudioso de la historia.
El vicealmirante retirado Homero Luis Lajara Solá, al pronunciar un sentido discurso, describió a Matos González como “el centurión del siglo XX”, un modelo de dignidad y coherencia que debería ser emulado por las generaciones actuales de oficiales. La ceremonia culminó en un ambiente de profundo respeto y solemnidad, con la lectura de un poema de Mario Benedetti en su honor. El general fue sepultado en el cementerio Puerta del Cielo, donde su legado perdurará en la memoria colectiva. ¡Descanse en paz, General de Generales!