|
Getting your Trinity Audio player ready...
|
Agencia EFE-El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca plantea un escenario incierto en el conflicto de Ucrania, un tema central durante su campaña presidencial, en la que prometió poner fin a la guerra en tan solo 24 horas. Sin embargo, las preocupaciones sobre las posibles implicaciones de sus propuestas crecen, ya que Kiev teme que la solución que Trump busque para el conflicto pase por la anexión a Rusia de los territorios ocupados de Ucrania.
La reciente decisión de Estados Unidos de autorizar a Ucrania el uso de misiles ATACMS de 300 kilómetros de alcance, cuya aplicación se centraría en la región rusa de Kursk, ha generado más dudas. En esta área, parcialmente ocupada por tropas ucranianas, se ha reportado la presencia de soldados norcoreanos apoyando a las fuerzas rusas, según la inteligencia militar occidental.
A pesar de los posibles giros en la política de ayuda, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, fue uno de los primeros en felicitar a Trump por su victoria y en mantener una llamada telefónica con él, en la que participó también Elon Musk, quien ha apoyado a Ucrania con su red de satélites de internet Starlink. En cambio, el presidente ruso, Vladimir Putin, felicitó públicamente a Trump, a quien calificó de «valiente», y expresó su disposición a dialogar sobre el conflicto ucraniano.
Sin embargo, la relación entre Trump y Ucrania ha sido marcada por controversias. En 2019, Trump fue sometido a un juicio político por presionar a Zelenski para investigar a Joe Biden y su hijo Hunter por sus vínculos comerciales en Ucrania. Además, durante su mandato, Trump expresó admiración por Putin, lo que ha generado tensiones con Kiev.
El futuro de la guerra en Ucrania, que ha recibido más de 108.000 millones de dólares de ayuda de Estados Unidos desde la invasión rusa de 2022, podría depender del enfoque de Trump. El magnate neoyorquino, bajo el lema de «Estados Unidos primero», ha prometido un repliegue de la presencia militar estadounidense en el mundo, lo que podría afectar la ayuda a Ucrania. Durante la campaña, Trump afirmó que lograría un acuerdo de paz entre Putin y Zelenski en menos de 24 horas, aunque no detalló cómo lo conseguiría.
En cuanto a las armas, la administración Biden dejó como herencia la autorización para el uso de los misiles ATACMS en suelo ruso, pero Trump se opuso a la aprobación de un paquete de 61.000 millones de dólares en ayuda militar para Ucrania, logrando que los republicanos bloquearan la iniciativa en el Congreso por varios meses.
Con el futuro de la diplomacia estadounidense ante Putin aún incierto, algunos círculos vinculados al trumpismo proponen una posible negociación para declarar un armisticio, lo que implicaría la anexión de parte del este de Ucrania a Rusia. Zelenski ha insistido en que Ucrania busca la paz, pero bajo condiciones justas y sin ceder territorios, aunque Trump tendría la capacidad de presionar a Kiev para que se siente a negociar. Ante este panorama, la administración Biden ha acelerado la entrega de los fondos autorizados por el Congreso para Ucrania antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca.
