Getting your Trinity Audio player ready...
|
La Navidad se caracteriza por ser un periodo de alegría y celebración. Sin embargo, en la República Dominicana, las cifras alarmantes de accidentes de tránsito y riñas suelen empañarlas.
Al cierre de año se registraron 262 accidentes de tránsito, resultando en 42 muertes y una notable incidencia de intoxicaciones en menores de edad, con un registro de 94 casos de intoxicación alcohólica. Las festividades también representan un reto para la gestión pública en cuanto a la seguridad ciudadana, el orden y el disfrute colectivo.
En este contexto, las medidas implementadas por la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, han generado diversas críticas, pero también merecen un análisis más profundo, justo y con perspectiva.
¿Estuvieron mal las medidas de la ministra Faride Raful?
En 2024, Raful puso en marcha la operación «Garantía de Paz Navidad 2024», con el objetivo de garantizar la seguridad durante las celebraciones. Esta iniciativa incluyó un incremento de las acciones preventivas, el llamado a la ciudadanía para evitar portar armas y la supervisión más estricta de los establecimientos de bebidas alcohólicas, además de la flexibilización temporal del horario de venta de alcohol. Acciones que son loables, pues buscan mantener la seguridad durante un periodo crítico. Sin embargo, la respuesta pública no ha sido tan positiva.
Críticas y debate sobre la seguridad
Las opiniones compartidas abordan dos problemas importantes en la sociedad: la seguridad pública y la salud infantil durante las festividades. En cuanto a la primera, la preocupación por la intoxicación infantil es válida, especialmente cuando se trata de menores que no tienen la madurez para gestionar ciertos riesgos. La responsabilidad de los padres es crucial, pero también es necesario que las autoridades continúen promoviendo medidas preventivas y educativas para evitar tragedias, especialmente en épocas de celebraciones donde el riesgo aumenta.
Por otro lado, el tema de la seguridad refleja una preocupación generalizada sobre la eficacia de las políticas gubernamentales. La inseguridad es un problema complejo que va más allá de medidas superficiales, y es evidente que requiere un enfoque más profundo.
Un balance necesario
Las medidas de seguridad implementadas por la ministra Faride Raful parecen haber sido una respuesta necesaria para evitar situaciones de riesgo durante las festividades. Es indudable que en épocas de celebraciones, los niveles de desorden y caos pueden aumentar, lo que pone en peligro la seguridad de los ciudadanos. Si no se hubieran tomado acciones preventivas, las consecuencias podrían haber sido aún más graves, y la nación podría haber estado enfrentando un luto nacional.
La seguridad pública debe ser una prioridad, y las decisiones que apunten a proteger a la población, aunque no siempre sean populares, a menudo son las más acertadas. En este sentido, la implementación de las medidas parece haber sido una acción responsable en favor del bienestar colectivo.