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La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó este lunes que su teléfono móvil y su cuenta personal de correo electrónico fueron hackeados. Este incidente ocurrió poco después de la entrega a Estados Unidos de 29 narcotraficantes, incluidos líderes del crimen organizado, como Rafael Caro Quintero y miembros de Los Zetas, el 27 de febrero.
En su conferencia matutina, Sheinbaum explicó que Apple notificó a la Agencia de Transformación Digital (ATD) del gobierno mexicano sobre el hackeo, lo que permitió a la agencia tomar medidas rápidas para investigar el ataque. La mandataria detalló que aún no se sabe quiénes son los responsables, aunque se está llevando a cabo una investigación. “Es difícil conocer quién lo hizo”, comentó Sheinbaum.
El informe que surgió el pasado viernes, publicado por The New York Times, señala que el hackeo ocurrió poco después de la extradición de los criminales, lo que ha generado especulaciones sobre posibles vínculos entre el ataque cibernético y la decisión del gobierno mexicano de entregar a estos capos a las autoridades estadounidenses.
Sheinbaum también aclaró que su número de teléfono ya había sido filtrado en 2024, cuando era candidata presidencial, y que decidió mantenerlo por razones personales, ya que le fue regalado por la actual gobernadora de Campeche, Layda Sansores, en 2008. En cuanto a su cuenta de correo electrónico hackeada, explicó que se trata de una cuenta antigua de Yahoo que había usado por años, y añadió que tiene otra cuenta institucional con mayores medidas de seguridad.
La presidenta aprovechó la ocasión para cuestionar la veracidad de ciertos detalles publicados en el artículo de The New York Times, especialmente aquellos relacionados con conversaciones con el presidente estadounidense, Donald Trump, sobre negociaciones de aranceles. “No sé de dónde sacan la información sobre la llamada con el presidente Trump. Algunos detalles son ciertos, pero otros no son reales”, apuntó Sheinbaum.
Este hackeo a la presidenta mexicana se suma a una serie de incidentes de ciberseguridad que han afectado a figuras públicas en México, subrayando la creciente preocupación sobre la protección de datos sensibles en el entorno digital.