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El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy, defendió este jueves la decisión de destituir a la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), Susan Monarez, calificándola como un paso “absolutamente necesario” para restablecer altos estándares en la agencia.
Durante una audiencia del Comité de Finanzas del Senado, Kennedy aseguró que el país necesita “un nuevo liderazgo audaz, competente y creativo en el CDC”, lo que provocó fuertes choques con la oposición demócrata, que lo instó a renunciar en medio de una crisis interna.
La destitución de Monarez, sumada a varias dimisiones de alto nivel, ha dejado al organismo en una situación frágil. En la sesión, el senador demócrata Ron Wyden acusó a Kennedy de mentir en testimonios anteriores y pidió su renuncia. “Es de interés del país que Robert Kennedy renuncie, y si no lo hace, Donald Trump debería despedirlo antes de que más personas resulten perjudicadas”, expresó.
El presidente republicano del comité, Mike Crapo, rechazó la moción y respaldó a Kennedy, destacando su enfoque en enfermedades crónicas como la obesidad.
Monarez, por su parte, acusó a Kennedy en un artículo publicado en The Wall Street Journal de debilitar deliberadamente el sistema de salud pública y las protecciones de las vacunas. Kennedy respondió que había perdido su confianza en ella y que por eso procedió con el despido.
El ambiente se tornó aún más tenso cuando la senadora demócrata Maria Cantwell lo calificó de “charlatán” por sus críticas a la investigación sobre el ARNm. Kennedy replicó acusando a la senadora Maggie Hassan de “inventarse cosas para asustar a la gente” tras señalar que las familias enfrentan dificultades para vacunar a sus hijos contra el COVID-19.
Con sus decisiones de recortar fondos a la investigación en ARNm y limitar las dosis de vacunas, Kennedy ha encendido un debate nacional sobre el rumbo de la salud pública en Estados Unidos, dividiendo a expertos, políticos y ciudadanos entre quienes lo acusan de poner en riesgo vidas y quienes lo respaldan por desafiar a la industria farmacéutica.
