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La semana de alto nivel de la Asamblea General de la ONU ha transformado el ritmo habitual de Nueva York, provocando interrupciones en el tráfico y un despliegue masivo de seguridad mientras líderes mundiales se movilizaban por la ciudad para participar en debates y encuentros paralelos.
La sede de Naciones Unidas recibió a figuras como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. En total, se congregaron 89 jefes de Estado y 43 jefes de Gobierno.
Durante estos días, fue común ver en el centro de Manhattan a diplomáticos y funcionarios con trajes formales, luciendo pines de la ONU o de la Agenda 2030, junto a chapas con las banderas de sus países. Todos portaban la acreditación azul obligatoria del organismo, indispensable para transitar por los alrededores del edificio.
Las calles se llenaron de vehículos blindados escoltados por patrullas policiales, mientras personal de seguridad regulaba el tránsito peatonal y vehicular en los cruces más concurridos.
Refuerzo policial y protestas ciudadanas
La ciudad desplegó miles de agentes en respuesta al contexto internacional marcado por tensiones y conflictos, según explicó la jefa del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), Jessica Tisch. Las autoridades se enfocaron en asegurar las rutas de tráfico, proteger al presidente Trump y brindar apoyo logístico a los hoteles que alojaban a los dignatarios.
La presencia de Netanyahu en la Asamblea General motivó un refuerzo adicional de seguridad y alteró las rutas del centro de la ciudad. Mientras pronunciaba su discurso, unas 2,000 personas marchaban desde Times Square hasta las inmediaciones de la ONU en protesta por la guerra en Gaza. La manifestación se desarrolló de forma pacífica bajo la vigilancia de decenas de agentes.
También se registró una protesta de más de mil iraníes que exigían un cambio de régimen en su país sin intervención extranjera. Esta movilización tampoco presentó incidentes.
Las autoridades reiteraron que las manifestaciones pacíficas son parte esencial de la democracia, pero advirtieron que no permitirían acciones que generen desorden o comprometan la seguridad de la Asamblea.
Cierres viales y anécdotas diplomáticas
La Primera Avenida fue cerrada desde la calle 42 hasta la 48, mientras que la Segunda Avenida estuvo bloqueada entre las calles 44 y 48. Además, se produjeron cortes inesperados conforme las delegaciones se desplazaban, afectando a residentes y trabajadores que intentaban llegar a sus destinos.
Una escena curiosa se vivió cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, quedó atrapado en una calle cerrada por la llegada de Donald Trump. En un video viral, se le ve llamando por teléfono al mandatario estadounidense y comentando: “Adivina qué pasó. Estoy esperando en la calle porque todo está cerrado por usted”.
Ante este panorama, la comisionada Tisch y el alcalde Eric Adams recomendaron a los neoyorquinos utilizar el transporte público en lugar de vehículos privados.








