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La comunidad de Sobral, en Ceará, Brasil, se encuentra en estado de shock tras el fallecimiento de Viviane Lira Monte, una joven de 24 años que perdió la vida después de someterse a un procedimiento quirúrgico extenso. Lo que comenzó como un anhelo de mejorar su imagen personal se convirtió en una tragedia que ha dejado a muchos cuestionándose la seguridad de las prácticas médicas en el área.
El 31 de agosto, Viviane ingresó al Hospital do Coração de Sobral con el deseo de realizarse una reducción de mamas y una liposucción abdominal. Sin embargo, tras una consulta con el cirujano plástico Alexandre Carvalho Colombaretti, decidió someterse a una serie de seis cirugías adicionales, que incluyeron liposucciones en brazos, espalda y mentón, así como una lipoescultura glútea, todo en una operación de ocho horas que concluyó a las 8 de la noche.
Apenas 15 horas después de la intervención, Viviane fue dada de alta, pero su recuperación fue alarmante. Su esposo, Renan Santiago, compartió con medios locales que desde el primer momento mostró síntomas preocupantes. A pesar de que los médicos consideraron su debilidad como parte del proceso normal de recuperación, su condición se deterioró rápidamente.
Un día después de ser dada de alta, Viviane colapsó debido a una grave embolia pulmonar, una complicación crítica asociada con procedimientos quirúrgicos extensos. Tras ser trasladada a la Unidad de Pronto Atendimento de Sobral, su estado se volvió crítico y, lamentablemente, falleció el 26 de septiembre, dejando una profunda tristeza y una serie de preguntas sobre la atención que recibió. La tragedia ha encendido un debate sobre la regulación de cirugías estéticas en la región, recordando la importancia de priorizar la salud y la seguridad de los pacientes.