La situación de los apagones en sectores como Buena Vista Primera, Los Mina, Villa Faro y Sabana Perdida se ha vuelto insostenible para los residentes, quienes expresan su desesperación con frases contundentes como “Los apagones nos están acabando” y “La situación está crítica”. La comunidad enfrenta interrupciones eléctricas que se extienden de tres a cinco horas, afectando seriamente su día a día.
José Francisco Jiménez, vecino de Villa Faro, comparte su experiencia: “La luz se va a las seis de la mañana y no regresa hasta las cuatro de la tarde. A veces, ni siquiera llega por la noche”. A pesar de sus constantes quejas, sus facturas eléctricas han aumentado drásticamente, pasando de 2,000 a 5,000 pesos, lo que agrava aún más su situación.
En la urbanización Buena Vista Primera, Gilbert Medina, un costurero local, también vive la misma problemática. «Prendemos la planta dos o tres veces al día debido a los apagones», asegura. Los reclamos a las compañías eléctricas no han logrado calmar su angustia, ya que, mientras reciben explicaciones sobre averías, las facturas siguen aumentando.
El colmado de Cristian Manuel Guerrero Peña, ubicado cerca de la lavandería, ha sufrido pérdidas significativas por la falta de refrigeración. “He perdido hasta 5,000 pesos en embutidos. En esta área, los apagones son constantes, a veces de siete a ocho horas varias veces a la semana”, lamenta Guerrero. La frustración ha llevado a los residentes a organizar manifestaciones, siendo la más reciente el pasado sábado, donde ciudadanos de Casa Vieja y Barrio Nuevo exigieron soluciones urgentes.
La creciente crisis energética en Villa Mella destaca la necesidad de atención inmediata por parte de las autoridades y las distribuidoras de energía, quienes deben abordar la problemática de los apagones y el impacto que tienen en la vida cotidiana de los ciudadanos.