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Para algunos, este titulo seria bastante reconocible, ya que es una de las obras maestras de Pink Floyd, una de las bandas mas influyentes del rock postmoderno.
Su traducción al español seria, “Cómodamente entumecido”. Según Roger Waters, miembro de la banda y autor de las letras de este clásico, se baso en un recuerdo de cuando era niño y atravesó una enfermedad que le causo un estado febril y de delirios y su doctor, le suministro fuertes analgésicos, quedando entonces en ese estado letárgico.
Sin embargo, para muchos adeptos de la banda, las letras de esta canción poseen un contenido mucho mas allá del sufrimiento físico de Waters en su infancia, y se inclinan mas por un significado mas filosófico. No es casualidad, que en esos años, a finales de los 70’s, la humanidad se enfrentaba a una gran crisis, la cual se inicio con varios sucesos, que mas o menos comenzaron a partir de la crisis de los misiles en Cuba de 1962, en pleno zenit de la guerra fría, momento reconocido históricamente como en el que mas cerca estuvo el temible “fin de los tiempos”, el apocalipsis, no solo anunciado por las bocinas de algunos fanáticos religiosos, sino, ante la amenaza inminente de una guerra de magnitudes inimaginables, por el poder de fuego atómico de los bandos involucrados, por igual, los asesinatos de JFK y MLK Jr., lideres amados por todo el mundo, la guerra de Vietnam, donde miles de una generación, murieron en un conflicto armado, que nunca tuvo sentido.
Ante el miedo y desesperanza creados por estos eventos, las estructuras sociales, antes confiables y durables, comenzaron a perder credibilidad, y esto, junto a la incapacidad del liderazgo de la época de dar mejores respuestas a las nuevas generaciones, causo que el mundo se desbandara a experimentar con todo lo que era contrario a lo establecido. El ser humano pasaba de convivir en una sociedad mas basada en la comunidad, la continuidad y lo seguro, a un ser humano mas centrado en el yo, a lo efímero y flexible, evidentemente influenciado por un existencialismo en su momento cúspide. La familia perdió relevancia como unidad fundamental, la juventud se volcó hacia el consumo de drogas y a un estilo de vida libre donde todo es permitido, principalmente en los países desarrollados, buscando escapar o “adormecer” sus sentidos y evitar el dolor de la decepción, al encontrarse sin ninguna herramienta que les ayudara a comprender esos cambios y su vertiginosidad.
Bauman, describiría este fenómeno, en su filosofía, en su concepto de “Modernidad liquida”, distinguiendo la modernidad en 2 fases, la fase solida, representada por estructuras milenarias, y jerárquicas, como el estado, la familia, la religión y la fase liquida, en la cual, la fase solida, se fue diluyendo, antecedida por una cadena de procesos históricos y sociales, que cuestionaron su existencia, convirtiendo a la sociedad en un ente mas maleable y permisivo, mas individualista, mas veloz, donde la temporalidad se volvería la regla, no la excepción. Bajo estos conceptos en la vida todo se convierte en desechable y fugaz solo se busca la inmediatez, nada se afianza.
Esta nueva cosmovisión de la realidad afianzada ya a finales del siglo XX, tuvo 2 consecuencias fundamentales, por un lado, influyo de manera directa y positivamente en conquistas sociales de hoy en día, como lo es la representación y aceptación de minorías ignoradas, una libertad de expresión realmente independiente, ya no tan influenciada por el estado y los poderes facticos, y otros grandes logros, que son dignos de reconocer, no obstante, por otro lado, la sociedad, parecía seguir sin rumbo, pues sus individuos, aun no conseguían alcanzar la satisfacción esperada y se refugiaban el consumo de drogas y otras sustancias que se extendía de manera exponencial, quizás buscando encontrar su “Mundo Feliz” evocando a Huxley, en la búsqueda de una identidad que no se acababa de definir. El mundo se volvió un colectivo donde los valores, antes cualidades que lograban mantener una convivencia mas o menos armónica, se extinguían, dejando a un individuo, para el que lo único importante es la satisfacción del yo a cualquier precio.
Hoy en día, ya casi a un cuarto del siglo XXI, a pesar del inmenso desarrollo en todos los ámbitos, propulsado por los avances tecnológicos y científicos, que han llevado a grandes descubrimientos en la salud, alimentación, construcción, comunicaciones, educación, los que deberían plasmarse en un mayor bienestar, las cosas no han cambiado mucho, aun el ser humano sigue extraviado en busca de una satisfacción que pensamos que la vida desechable nos daría, evidentemente esto no ha sucedido, dadas las altas tasas de depresión, suicidios, actos de odio, violencia, promiscuidad, extrema desigualdad social y otros tantos comportamientos que demuestran un franco declive en el bienestar social, que vemos a diario, mas bien existe una tendencia a permanecer “cómodamente entumecido“ en una realidad Orwelliana, donde la mayoría, prefiere estar en un estado letárgico, ya sea mediante el abuso de sustancias o por otras adicciones modernas, como lo son el consumismo, donde el tener a cualquier precio es lo que dará significado a la vida, el abuso de las nuevas tecnologías representadas por las pantallas, la pornografía, el scrolling, los juegos de azar y las redes sociales, se han convertido en los nuevos dioses de la humanidad.
Estas nuevas adicciones, potenciadas por la tecnología y creación publicitaria del establishment, para precisamente generar tendencias de consumo, creando así billones de “zombis” y desensibilizando aun mas a una sociedad que vive de por si anestesiada, y todo esto sucediendo ante la mirada indiferente del liderazgo del mundo, con honrosas excepciones, que se han subido ese tren, buscando las prebendas del poder económico, sin importar el daño que se causa a un mundo en caos.
A estas alturas, carece de sentido caer en maniqueísmos, y debatir sobre cual seria el camino a seguir de la sociedad, en búsqueda de poder crear mayor bienestar en sus individuos, entendemos, que, en algún momento no lejano, el mundo y sus lideres, deben generar cambios que puedan sentar las bases a un sistema de convivencia mas justo, que no lleve al aniquilamiento de la sociedad, como pasa actualmente.
¿Y mientras llega ese momento, que podemos hacer aquellos individuos, que no queremos permanecer inertes y que entendemos que las cosas no van bien y queremos hacer algo al respecto? Esta respuesta implica hacer algo diferente a lo actual, algo que no “fluya”, palabra muy utilizada por todos aquellos que no quieren asumir ninguna responsabilidad o compromiso ni personal, ni familiar, ni social, esto significa, nadar contracorriente y ser diferente y en cualquier ámbito en que usted se desenvuelva, con su familia, en su trabajo, en sus negocios, implica no solo buscar la inmediatez, implica el esfuerzo, la dedicación, pensar en los demás, y en la sociedad, no solo en el bienestar que quizá algunos tengamos por haber tenido mas oportunidades, hay que ser empático con el prójimo y salir de la trampa del falso “bienestar” que nos da vivir en una burbuja, la cual en cualquier momento podría estallar. Evocando a las Wachowski, en su Matrix, hay que ser Neo, de pie frente a pastilla azul y roja, la azul, que nos mantendrá “Comfortably numb”, en el mundo superficial en que vivimos y en total decadencia o la roja la que nos lleva a despertar, quizás a una verdad no muy agradable, mas sensorial, y que al menos, nos abre la posibilidad de aportar aunque sea un grano de arena, para crear o de al menos de poner los cimientos para una sociedad un poco mas justa y que pueda dar mayor felicidad y bienestar a nuestros descendientes. Haga usted su propia elección.