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Mark Carney, el exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, ha emergido como una figura clave en la política canadiense, tras asumir la dirección del Partido Liberal y la jefatura del Gobierno en marzo de 2025, luego de la sorpresiva renuncia de Justin Trudeau. Este economista de renombre, cuya trayectoria lo ha llevado desde las aulas de Harvard hasta las más altas esferas financieras, se ha convertido en un firme defensor de la soberanía de Canadá frente a las amenazas expansionistas de Donald Trump.
Carney, originario de Edmonton, ciudad conocida por su clima severo y su ambiente desafiante, ha abordado con determinación su nuevo rol en medio de una crisis política y económica sin precedentes. En una especie de metáfora del hockey sobre hielo, su deporte favorito, ha desplegado todas sus habilidades para proteger a Canadá, enfrentándose no solo a la oposición interna del Partido Conservador, sino también a las tensiones comerciales con Estados Unidos.
Con un curriculum impresionante, que incluye estudios en las universidades más prestigiosas del mundo y una exitosa carrera en Goldman Sachs, Carney destacó como gobernador del Banco de Canadá entre 2008 y 2013, momento en el que lideró la estrategia que permitió al país superar la crisis financiera global de 2008. Posteriormente, se trasladó a Londres, donde se convirtió en el primer extranjero al frente del Banco de Inglaterra, y gestionó con éxito la respuesta ante el Brexit.
Sin embargo, fue a finales de 2024 cuando Carney decidió dar el salto a la política canadiense, en medio de la creciente impopularidad de Trudeau y la inestabilidad política que amenazaba al Partido Liberal. El 9 de marzo de 2025, Carney asumió el liderazgo del partido de manera rotunda, superando a sus oponentes en la contienda interna y consiguiendo más apoyo que el propio Trudeau en su ascenso al poder en 2013.
Apenas un mes después, Carney se enfrenta a un reto aún mayor: liderar a Canadá en su confrontación con Donald Trump, quien ha desatado una guerra comercial que pone en riesgo la economía del país. A pesar de la presión, el nuevo primer ministro ha demostrado una firmeza inquebrantable y ha ganado rápidamente el respaldo de los canadienses. Las encuestas indican que su liderazgo será determinante en las elecciones del 28 de abril, donde se perfila como el gran favorito.
El académico Stephen Henighan, en un artículo para The Globe and Mail, destacó la capacidad de Carney para proyectar una «confianza en la existencia de Canadá», un valor que, según él, Trudeau había dejado de lado al afirmar que el país carecía de una «identidad fundamental». En este sentido, Carney ha logrado lo que muchos consideraban impensable: convertirse en un símbolo de unidad y soberanía nacional en tiempos de incertidumbre.
Hoy, a los 60 años, Mark Carney, casado con la economista Diana Fox y padre de cuatro hijos, ha logrado conectar con el pueblo canadiense de una manera que pocos anticiparon. En tiempos de crisis, su liderazgo se ha convertido en el revulsivo necesario para reavivar el espíritu nacionalista y asegurar el futuro de Canadá frente a los retos globales.