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Sindicatos panameños organizaron este lunes una protesta en la que quemaron una bandera de Estados Unidos y carteles con la imagen de Donald Trump en rechazo a las recientes amenazas del expresidente de EE.UU. de exigir la devolución del Canal de Panamá. Las protestas fueron una respuesta a los comentarios de Trump, quien calificó las tarifas del Canal como «exorbitantes» y sugirió que Estados Unidos debería recuperar la administración de la vía acuática, haciendo referencia a los Tratados Torrijos-Carter que devolvieron el canal a Panamá en 1999.
El secretario general del sindicato Suntracs, Saúl Méndez, fue uno de los principales oradores durante la manifestación. Méndez rechazó las declaraciones de Trump, defendiendo la soberanía panameña y condenando cualquier intento de injerencia externa. «Estamos rechazando las amenazas de Donald Trump. Este territorio es de los panameños y aquí ejercemos nuestra determinación, soberanía, nuestro canal y nuestro territorio. Ningún oligarca o no oligarca traidor a la patria va a poder ceder nuestro territorio», expresó Méndez, reiterando el compromiso de Panamá con su autonomía.
Por su parte, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, también salió al paso de las declaraciones de Trump, asegurando que el Canal de Panamá sigue siendo de propiedad panameña y que continuará siendo administrado por el país. La postura del gobierno panameño se mantuvo firme en la defensa de la soberanía nacional y el cumplimiento de los tratados que garantizan el control panameño sobre el canal.
El contexto de estas tensiones es delicado, ya que las declaraciones de Trump coinciden con el 35 aniversario de la invasión estadounidense a Panamá en 1989, así como con el 25 aniversario de la transferencia del Canal de Panamá a Panamá el 31 de diciembre de 1999. Estos hitos históricos han avivado antiguos sentimientos y tensiones en la población panameña, especialmente en lo relacionado con la presencia de Estados Unidos en el país y su papel en la historia del canal.
Es importante recordar que el Canal de Panamá fue inaugurado por Estados Unidos en 1914, después de su construcción, y estuvo bajo administración estadounidense hasta su traspaso formal al gobierno panameño el 31 de diciembre de 1999, como parte de los Tratados Torrijos-Carter firmados el 7 de septiembre de 1977. Estos tratados, firmados por los presidentes de Panamá, Omar Torrijos, y de Estados Unidos, Jimmy Carter, fueron clave para la transferencia pacífica de la soberanía sobre el Canal.
Las recientes declaraciones de Trump, que ponen en duda la legitimidad de la soberanía panameña sobre el canal, han reavivado los sentimientos nacionalistas en Panamá, donde muchos consideran estas palabras como un ataque a la independencia y la autodeterminación del país.
