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China ha reaccionado a los aranceles impuestos por el expresidente estadounidense Donald Trump con nuevas tarifas a importaciones de Estados Unidos y el anuncio de una investigación antimonopolio contra Google. Estas medidas forman parte de una estrategia para contrarrestar las restricciones comerciales impuestas por Washington.
Nuevas tarifas a productos clave A partir del próximo lunes, Beijing aplicará:
- 15% de aranceles al carbón y gas natural licuado (GNL).
- 10% de aranceles al petróleo crudo, maquinaria agrícola y automóviles de gran cilindrada.
La Comisión Aduanera de China justificó la decisión afirmando que «el aumento unilateral de aranceles por parte de Estados Unidos viola las normas de la Organización Mundial del Comercio y perjudica la cooperación económica y comercial» entre ambas naciones.
China es el mayor importador mundial de gas natural licuado, aunque Estados Unidos apenas representa el 2.3% de sus importaciones en este sector, por lo que el impacto directo de las tarifas podría ser limitado.
Restricciones a minerales estratégicos Además de los aranceles, Beijing impuso controles a la exportación de minerales esenciales para la tecnología de punta, incluyendo:
- Tungsteno
- Telurio
- Bismuto
- Molibdeno
- Indio
Estos materiales son considerados críticos por Estados Unidos para su seguridad económica y tecnológica. China ya había restringido la exportación de galio y germanio en diciembre, impactando la industria de semiconductores.
Beijing anunció una investigación antimonopolio contra Google, aunque sin especificar detalles sobre el posible impacto en sus operaciones. La empresa abandonó China en 2010 tras negarse a aplicar censura gubernamental y sufrir ataques cibernéticos.
Asimismo, el Ministerio de Comercio de China incluyó en su lista de entidades no confiables a las empresas estadounidenses PVH Group (propietaria de Calvin Klein y Tommy Hilfiger) e Illumina (biotecnología), prohibiéndoles operar en el país. PVH Group está bajo investigación desde 2023 por su presunto boicot al algodón de Xinjiang, una región señalada por supuestas violaciones a los derechos humanos.
Expertos advierten que la escalada de tensiones podría derivar en una nueva guerra comercial entre las dos principales economías del mundo, con consecuencias globales. El estratega Stephen Dover señaló que un conflicto prolongado podría desacelerar el crecimiento del PIB, aumentar la inflación en EE.UU. y presionar al alza las tasas de interés.