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Más de una década después de protagonizar uno de los escándalos más sonados del béisbol moderno, Alex Rodríguez vuelve a ocupar titulares. Esta vez, no por su desempeño en el campo ni por sus contratos multimillonarios, sino por un acto de introspección: mirar de frente su propia historia.
El exjugador de los Yankees de Nueva York es el centro del nuevo documental de HBO Max, titulado Alex vs. A-Rod, una producción que revisa los momentos más brillantes y más oscuros de su carrera. La serie explora la dualidad que marcó su vida: Alex, el hombre, y A-Rod, el personaje público que fue considerado tanto ídolo como villano.
Del estrellato al escándalo
A mediados de los 2000, Rodríguez era sinónimo de éxito. Había roto récords, firmado los contratos más grandes en la historia del deporte y jugaba en la franquicia más emblemática de la MLB. Pero su reputación se desplomó tras verse involucrado en el caso Biogenesis, que destapó el uso de sustancias para mejorar el rendimiento entre peloteros profesionales.
En 2014, fue suspendido por 162 partidos —la sanción más larga en la historia de la MLB sin expulsión permanente— y perdió cerca de 24 millones de dólares en salarios. La investigación reveló que no solo obtuvo sustancias prohibidas, sino que también intentó obstruir el proceso. Aunque negó haber dado positivo en pruebas de dopaje, admitió haber usado esteroides entre 2001 y 2003, durante su etapa con los Rangers de Texas.
“Crees que no te van a atrapar”
En el tráiler del documental, Rodríguez aparece más sereno y autoconsciente que nunca. “Sentí la presión de rendir y jugar a un nivel realmente alto. A cualquier precio”, confiesa. Luego reflexiona: “Hay una arrogancia que a menudo acompaña al poder. Crees que no te van a atrapar, que eres mejor que los demás. No hay nada más estúpido que eso. Lo aprendí a las malas”.
La producción cierra con una pregunta que resume la tensión central del relato: “¿Estoy hablando con Alex o con A-Rod?” Su hermano lo define con crudeza: “Alex es cariñoso. A-Rod es el asesino”.
Reconstrucción y legado
Hoy, a sus 50 años, Rodríguez ha dejado atrás los estadios para convertirse en empresario. Es propietario de una firma deportiva y uno de los inversionistas interesados en adquirir los Minnesota Timberwolves, equipo de la NBA.
Su historia, más allá del béisbol, es la de un hombre que intenta reconciliar dos identidades: Alex, el joven que soñaba con ser un atleta ejemplar, y A-Rod, la estrella que lo tuvo todo, cayó, y ahora busca redefinir su legado.







